Con el nuevo año, y al tomar vacaciones y tener tiempo para pensar, resurgen las ganas de cambiar, de hacer cosas nuevas, de mejorar.
Sobre todo de hacer aquellas cosas que tengo ganas hace tiempo.
Tiempo, ¡qué palabra! si quisiera hacerlas todas no me alcanzarían los días de la semana, o no podría ni venir a trabajar.
En el aspecto trabajo también me gustaría cambiar, pero no sé muy bien cómo y siempre es más cómodo disfrutar los beneficios que tengo acá que seguramente no tendría en otro lugar. Y a la vez, ya lo saben, la sensación de inutilidad y de estar estancada.
Vi varias veces este video y siempre me pone la piel de gallina.
Cambiar, dar el salto. La gran pregunta es ¿hacia dónde?