lunes, 5 de octubre de 2009

Algo nuevo y algo de lo mismo.

Me levanto hinchada, mis tobillos no aguantan más, mi panza no para de crecer. Camino como un pingüino y mis piernas son dos elefantes rebeldes, complicadas de mover.
No, no estoy embarazada. Son los kilos. Como bien sabemos nadie elige ser gordo. Yo soy gorda.
Esto es el resultado de una mezcla mortal de ansiedad, desgano, falta de autoestima (¿o en vez de estima debo decir amor? si, falta de autoamor), herencia.
Cada tanto subo mucho de peso y cada subida es peor que la anterior. En número, en el tiempo que dura y en la dificultad para encontrar la manera de volver.
Esto es más de lo mismo. Parte de un espantoso mecanismo que se repite.
Pero hay algo nuevo. Hay unas nuevas ganas de sentirme bien, de no convertirme en lo que no quiero ser, de vencer esta enfermedad. Porque creo que lo es. El mecanismo es enfermo. Pero yo no quiero estar enferma.
Así que en vez de meter cosas en mi cuerpo, voy a sacarlas de él. El vacío no se va a llenar con comida sino con palabras, con momentos y con afectos.
En su cuento "Balance del ejercicio", Cecilia Absatz escribió una frase certera: "esa vieja transacción, el calor de un carbohidrato por el abrazo de una madre".
Abrazamos la comida en cambio de abrazar personas. Nos tragamos, literalmente, lo que nos pasa. Comemos por nervios, por angustia, por ansiedad, incluso por aburrimiento.
Sabemos todo lo que no debemos hacer, y sin embargo... a veces no podemos, a veces estamos cómodos, a veces el esfuerzo se nos hace un camino cuesta arriba. Y lo es.
Subamos la colina, la de la energía, la del bienestar emocional (y el físico vendrá en consecuencia). El camino es hacia arriba así que agarrémonos para impulsarnos: de los afectos, de la música, de la escritura, del mate, de todo lo que nos haga bien.

4 comentarios:

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  2. Mirá por experiencia, yo también suelo tener oscilaciones severas de peso aunque ahora estoy bien, pero te digo que la determinación es lo primero y lo más importante. Mientras te mantengas firme vas a ir para adelante, y cuando falten fuerzas podés desahogarte aquí, seguramente vas a recibir aliento.

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  3. Lala, suerte y que no decaigan las ganas de salir adelante. Euge

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  4. Es tan jodido!!! yo soy gorda de toda la vida y hasta cuando estuve flaca seguí siendo gorda,es como una mentalidad que te queda no importa lo que muestre el espejo, le echo la culpa a la génetica papá gordo hija gorda...la verdad es que nunca hice nada por mí. Toda la vida sentí que le daba verguenza a mi vieja entonces más me insistía para adelgazar más engordaba. Despues me voy a estudiar a otra ciudad y adelgace drasticamente pero todo lo que baja también tiene que subir ¿no? Ahora estoy en un lugar cómodo, hay algunas marcas que tienen mi talle, redimo mis horas de silla con clases de pilates y tengo un novio que siempre me ve divina...entonces me pregunto ¿para qué adelgazar? la verdad es que todavía no encontre la respuesta pero siento que debo hacerlo, ciertamente el espejo me devuelve una imagen que no me gusta y encima se viene el verano, la malla y la mar en coche...

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