lunes, 26 de octubre de 2009
Reflexiones acerca de mí
Hoy venía pensando en algo que pasó el sábado.
Me doy cuenta de lo estúpida que me pongo cuando aparecen ciertas personas: Estúpida, chiquilina y también hinchapelotas.
Con cierta gente necesito sentirme la favorita y cuando veo que otra persona tiene más cosas en común o que ha tenido más contacto con ellos que yo me pongo ridículamente celosa.
No sé por qué necesito sentir ese favoritismo y además, no hay ningún motivo para que yo sea la favorita de ellos por nada.
Me doy cuenta que se me mezcla con ellos una parte de admiración y otra de deseo que me hace decir un montón de cosas que no debería.
Por un lado para que cierta gente me aprecie o me prefiera, debería tener algún talento para que así sea. Bueno lo cierto es que yo no soy artista ni nada que se le parezca.
Así que me dí cuenta que tengo que dejarme de pavadas y asumir dos cosas:
Una: ya no soy una niña como para exigir ese favoritismo ridículo, caprichoso, sin motivo.
Dos: ya no soy la soltera comehombres como para hacer esos comentarios de doble sentido ni lanzar ningún tipo de provocación porque realmente no debo (ni me metería con ellos de verdad). Entonces me convierto en una histérica o en una idiota. O las dos cosas.
Lo cierto es que son gente que me encanta y que me gusta tener cerca, que me hace sentir bien pero también me descoloca.
Bueno todo eso estuve pensando y necesitaba compartirlo porque es mucho para mí sola.
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