Encaminada

Hace mucho tiempo que no me sentía tan motivada. De hecho hace tiempo que me sentía completamente desganada y oscura y etc. pero eso ya lo saben.
También saben que hace un tiempo sentí que me desperté y se los conté.
Mis sensaciones son estas:
Me encontré despertando de la depresión (de la que por las dudas todavía digo "estoy saliendo") y me vi. Lo que vi no me gustó. Lo fantástico es, que en vez de llorar y pensar "mirá lo que me hice" digo "Bueno, vamos a solucionar. Y Gracias a Dios que me desperté. Podría haber sido peor".
A menudo me siento una persona fallada (el chiste que hago siempre que soy la 4a y me hicieron sin ganas): la tiroides, los ojitos secos, el estómago que no cierra bien, el ciático, la psoriasis... ¿qué tienen todas las cosas en común? Que nada es grave, todo es crónico y requiere cuidado. Que todo se puede controlar y mantener ahí. Que va a estar latente y necesito cuidado. Hete aquí la palabra clave: el cuerpo dale y dale tirarme señales de que lo que necesito en la vida es CUIDARME.
Pero cuidarme yo. Siempre busqué el cuidado ajeno. Es genial, pero limitado. Lo que yo no haga no lo puede hacer nadie. Puedo pedir mimos y obtenerlos, puedo pedir apoyo y obtenerlo.
Lo que late en mi interior y me mueve, sólo puede venir de mí.
Con mi regreso al stand up tuve una magnífica muestra de amor y aguante. La gente que me rodea me quiere, le preocupo, y se da cuenta de la importancia de este momento.
En junio de este año cumplo 30 años, y me prometí que no voy a llegar en estas condiciones.
También me prometí que estos 25 kilos no me los quedo, así que esta tarde iré a visitar a la nutricionista, y se me ocurría ir contando acá las peripecias del nuevo plan alimentario. Es una batalla muy difícil. Pero estoy decidida a ganarla porque la voy a pelear con todas mis fuerzas.
Como dije hoy: Se acabó el tiempo de cumplir con el resto y fallarme a mí. En palabras de mi amiga Macu Ojeda: In Omnia Paratus... estoy lista para todo.